Algunos de sus principales indicios son:
* Una tendencia a pensar y a actuar espontáneamente, en lugar de hacerlo basado en los miedos aprendidos de experiencias pasadas.
* Una habilidad de gozar cada momento, el aquí y el ahora.
* Una perdida de interés en juzgar, criticar, condenar, justificar a otros, o en interpretar como mal intencionadas sus acciones.
* Una marcada pérdida de interés en mantener o alimentar un conflicto.
* Una notable disminución de la habilidad de preocuparse por lo que no se puede cambiar.
* Episodios frecuentes e intensos de aprecio.
* Repentinos ataques de gozo por sentirse conectado con otros y con la naturaleza.
* Accesos incontrolables de sonrisa.
* Una tendencia creciente a dejar que las cosas sucedan en lugar de hacerlas suceder o tratar de impedirlo.