lunes, 7 de septiembre de 2009

La Forma Correcta de Orar




"Orar significa experimentar la unión

con Dios y toda la Creación."

Rosana Portelli


Generalmente al orar se implora que se concedan gracias a un Ser Supremo dependiendo de su buena voluntad la concesión de las mismas. Esta actitud muestra a Dios fuera de nosotros y, por lo tanto, lo que necesitamos y deseamos también está fuera de nosotros. Esta forma de oración es como practicar la ausencia, antes que la presencia de Dios.

Yo adopto la idea de la oración como una comunión con Dios.

Es un acto que me permite sentir a Dios tan cerca mío como mi propio aliento. En la oración se tiene que lograr sentir la experiencia de coexistir con Dios, es nuestra forma de expresar que estamos preparados para que se manifiesten los deseos de esta energía sagrada a través de nuestra forma humana. La separación, y ausencia de Dios en nosotros es una falsa ilusión, solamente existe la presencia de esta su fuerza en nuestro interior. La verdadera experiencia de Dios no cambia ni altera a Dios, sino que nos cambia
a nosotros eliminando la percepción de separación.

Buscar la felicidad fuera de nosotros mismos está promovida por la idea de que no somos completos y lleva a la oración al estatus de ruego ante un jefe/Dios y rogamos favores, en lugar de buscar una manifestación de nuestro yo divino.

La oración a la que me refiero no es pedir algo, del mismo modo que tratar de convertirse en un manifestador, no es pedir que algo aparezca en tu vida, sino mas bien es invitar al deseo divino a expresarse a través de uno mismo. Que exprese el más elevado propósito, por mi bien y por el de toda la humanidad. Con este tipo de oración se puede experimentar la unicidad con la energía divina.

Esta idea constituye la fuente de todas las tradiciones
espirituales:

Cristianismo: el reino de los cielos está dentro de ti.

Islamismo: quienes se conocen a sí mismos conocen a tu Dios.

Budismo: mira dentro de ti mismo, tú eres el Buda.

Yoga (parte del hinduismo): Dios habita dentro de ti como tú mismo.

Confucianismo: el cielo, la tierra y el humano son un solo cuerpo.

Upanishads (parte del hinduismo): al entenderse a uno mismo, se
conoce todo este universo.

Puedes utilizar la oración para sustituir los continuos
pensamientos que te asalten durante el día. Aplica tu confianza para unirte a Dios en lugar de pasar el tiempo en un estado de cháchara constante. Por ejemplo, rezar en este sentido puede ser simplemente repetir una frase como: «El amor de Dios me protege siempre», «La Inteligencia Divina me guía siempre», o «El amor divino fluye ahora a través de mí», recítalo en silencio, en lugar de pensar. Este tipo de oración te ayudará a cultivar tu lado espiritual y a evitar el parloteo del ego, de modo que pueda crecer lo que tú deseas y lo que te desea a ti.

Mi forma de orar consiste en ver a Dios dentro de mí y le pido
fortaleza y sabiduría para superar cualquier problema que deba afrontar. Experimento la unión con la Fuerza Divina. Sé que esta Fuerza me conecta con todo lo que existe en el universo, y que al centrar mi atención hacia aquello que deseo atraer, solo estoy manifestando un nuevo aspecto de mí.

Luego dejo que se produzcan los resultados, que el universo se ocupe de los detalles. Me retiro en paz y me recuerdo que vivir una vida maravillosa es una elección que tengo que hacer, no algo que tenga que buscar. Soy yo quien decido si quiero que la fuerza de Dios fluya a través de mí abundantemente, participando así de este mmodo en la creación de mi propia vida. Mi oración está basada en
la confianza y con ella llega la paz, que es la esencia de la
manifestación.


Tu destino depende sólo de ti.

Que el amor llene tu ser.