viernes, 17 de julio de 2009

El Arte de vencer



Y no me refiero a vencer sobre nadie, abatir puertas, echar abajo murallas, sentir que otros son más débiles que nosotros, sino a algo mucho más profundo.

El Arte consiste en ser lo que nosotros somos realmente, en nuestra verdadera, en nuestra propia dimensión, sea cual sea nuestro tamaño.


Vencer es el paso a paso, superar un escalón, el siguiente, el siguiente. Uno de los grandes errores que cometemos es que nosotros, frente a una escalera, miramos el conjunto y nos planteamos el subir o no toda la escalera. Esa no es la posición psicológica adecuada para enfrentar la adversidad, sino que hemos de plantearnos subir peldaño a peldaño. ¿Cuál es mi problema inmediato? ¡Este peldaño, no ese, ni aquel! Si mantenemos la mirada exageradamente alta, cosa que a veces les sucede a muchos idealistas, a muchos espiritualistas, es fácil tropezar con los primeros escalones y rodar al abismo. Hay que saber dónde se quiere llegar, pero paso a paso, lentamente, y sin, digamos, planificarlo demasiado. Si sabemos estirar nuestra mano, siempre va a haber algún Angel bondadoso, real o soñado, que cogerá nuestra diestra y nos ayudará en el camino.

Vosotros sabéis que las mejores espadas se hacen a golpes, y se pasan del calor al frío, del frío al calor, de una manera verdaderamente brutal. ¿No necesitaremos también nosotros ser templados? Recibir los golpes de la vida como la espada recibe los golpes sobre el yunque. El que haya visto alguna vez trabajar un yunque, sabrá que junto a los martillazos se puede escuchar otro sonido. Son los gritos del metal que se siente aplastado. Sí, la espada grita pero permanece, grita y permanece, grita y permanece; hasta que al fin ese hierro que no era nada más que un metal simple y sencillo, se va convirtiendo, por los golpes -y por haber sido inmerso en las aguas frías o en las misteriosas sustancias de la aleación-, en desnuda hoja de acero, y entonces, adquiere dureza, corte y elasticidad. ¿No será de alguna forma similar el proceso de nuestra propia forja en la vida?

Cada uno de nosotros, aun el más pequeño, aun el que se sienta más disminuido, aun el que crea que está más solo, tiene la capacidad de la Victoria. Tiene la capacidad de marchar y marchar a través de esos pequeños éxitos, de esos pequeños pasos que le van a lanzar poco a poco hacia adelante.