viernes, 24 de julio de 2009

Colores y terapias que sanan

El Color reside en nosotros

El Color reside en nosotros

Dijo alguna vez el famoso físico inglés Isaac Newton, descubridor de la ley de gravitación universal: “El color reside en nosotros”. Si ello es verdad, y diversos sistemas terapéuticos parecen probarlo, nuestro sistema mente-cuerpo tiene la capacidad de sanar y armonizar a través del uso de los colores.

La cromoterapia es uno de esos sistemas. Según la especialista española Rosa Torroella, hay en nuestro organismo doce vibraciones fundamentales y a cada una de ellas le corresponde un color. Aplicando haces de luz del matiz adecuado sobre los meridianos y puntos de la Medicina Tradicional China, se pueden sanar las alteraciones de la salud, recuperando así su armonía espiritual y energética.

De acuerdo a la cromoterapia, los colores calientes y cálidos (rojos y naranjas) facilitan las posibilidades de regeneración y recuperación. Los colores frescos o templados (amarillos y verdes) mantienen la fluidez y la higiene. Los colores fríos (azules y violetas) facilitan los intercambios y la circulación de energía.

Reintegra en tu alma el vasto espectro del arco iris

Patricia Janusz, intuitiva y sensitiva francesa, y su amiga Fabien Mammam han desarrollado una terapia llamada “Tama-Do”, la cual utiliza mezclas refinadas de aceites esenciales, y extractos de minerales y plantas que se aplican en puntos estratégicos del cuerpo humano para equilibrar el aura humana. Tal terapéutica se basa en dos pilares: la eficaz composición de sus pócimas y el intenso color de las mismas.

Según Janusz, el aura humana es un campo energético de luz que expresa variopintos mensajes vibratorios. “Somos como un arco iris, procedente de la luz pura; no obstante, al reencarnar, elegimos desprendernos de siete u ocho colores de nuestro espectro para densificarnos y convertirnos en materia. Gracias al trabajo sanador con el color, reintegramos en nosotros cada una de las virtudes de la franja cromática, equilibrando nuestra psique y cuerpo”.