Decía Confucio al definir el valor, que el cobarde es aquel que sabiendo que una cosa es correcta, no la hace.
El respeto es otra virtud cardinal para el Maestro Confucio, cuyas enseñanzas alimentaran a los antiguos “bushi”, y aún hoy son conocidos por los japoneses por la forma especial en que consideran la cortesía. En las recomendaciones para los jóvenes samurais se les recuerda que el respeto no es exclusivo de su clase, pues también los campesinos, artesanos y comerciantes deben practicarlo, pero “entre estas clases, por ejemplo, un niño o un sirviente, al esta sentado con su padre o maestros, puede tener sus piernas cruzadas y sus manos de cualquier manera, o les puede hablar de pie mientras ellos están sentados, o puede hacer otras cosas no ceremoniosas o amables, y ello no importa… pero el samurai… donde quiera que esté acostado o durmiendo, sus pies no deben nunca apuntar en la dirección de la presencia de su señor. Si toma una flecha para ser disparada, ésta nunca debe caer hacia el lugar donde su señor está”.